Con su singular y llamativa sazón, el arte
culinario de nuestra Amazonía peruana, viene posesionándose en los más
exigentes restaurantes capitalinos, robándose la atención y la tentación de los
más exquisitos y exigentes paladares.
El tacacho mela, mela, como lo expresa una de
las canciones himnos de la amazonia, elaborado a base del plátano de la
variedad inguiri, acompaña a los más exquisitos potajes como el chicharon de
chancho o la deliciosa cecina, que acompañado de un chorizo elaborado con la
sazón tradicional de doña meche, del barrio el huayco en Lamas es la tentación
más deseada de más de un comensal.
Como en la misma selva, decorado con hojas de
palmas e implementos amazónicos y la contagiante música típica, restaurantes
selváticos ofrecen al público curioso limeño el delicioso juane de gallina de
chacra, elaborado con un toque especial de sacha culantro y huevos batidos que
dan el color al arroz, junto a las aceitunas y su presa de gallina, envuelto en
hoja de vijao, le dan ese toque y sabor irresistible.
Nuestra selva amazónica, además de los platos
típicos como el inchicapi, gallo sopa, nina juane, patarashca, etc., nos brinda
los deliciosos refrescos de diversas frutas amazónicas como el camu camu, el
aguaje, el pijuayo, el ungurahui. Quien se resiste a degustar un masato ñucñu,
ñucñu, una deliciosa aguajina que asienta bien con toda clase de comida, o un
shibe elaborado a base de fariña de yuca.
Y para celebrar en familia, una ocasión
especial o por simple curiosidad la selva nos ofrece los exóticos y
afrodisiacos tragos a base de raíces y cortezas de plantas que además son
medicinales. Uno de los más conocidos es el famoso uvachado de Tarapoto para
calentar el ambiente y otros tantos con singulares denominaciones con el RC,
RCA, Pichito shicshina, SVSS, espérame en el suelo, etc.
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